Ecuador ha declarado una emergencia nacional debido a los graves efectos del déficit hídrico, la sequía y los incendios forestales, que solo en noviembre han devastado más de 10.000 hectáreas en el sur del país, según informó la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR).
Inés Manzano, ministra de Ambiente, anunció que la emergencia tendrá una duración de 60 días y permitirá la asignación de recursos económicos para mitigar los incendios y sus consecuencias, principalmente en las provincias de Azuay y Loja, las más afectadas.
Impacto del déficit hídrico
Desde septiembre, Ecuador enfrenta su peor déficit hídrico en más de 60 años, lo que ha provocado apagones programados debido a la reducción de caudales en los ríos que alimentan las hidroeléctricas. Esto, combinado con la sequía, ha generado un incremento en los incendios forestales y ha puesto en riesgo la seguridad alimentaria al perderse alrededor de 40.000 hectáreas de cultivos y más de 44.000 animales de granja.
Actualmente, el país registra 17 incendios activos y cinco bajo control, concentrados principalmente en Azuay y Loja, según datos de la SNGR. Para combatirlos, ocho helicópteros, incluidos tres enviados por Perú y la embajada italiana, están realizando descargas de agua en las zonas más afectadas.
Cifras alarmantes
Entre enero y noviembre de este año, Ecuador ha reportado más de 5.100 incendios forestales, dejando un saldo de seis fallecidos y 45 heridos. Loja encabeza la lista de provincias más afectadas, con 29.562 hectáreas consumidas por el fuego, seguida de Azuay con 7.773 y Pichincha con 6.192 hectáreas dañadas.
En Cuenca, capital de Azuay, los incendios han llegado hasta el parque nacional Cajas, un ecosistema clave para el suministro de agua de la ciudad. Cristian Zamora, alcalde de Cuenca, afirmó que ya se han identificado sospechosos responsables de iniciar algunos de estos incendios, presuntamente para limpiar terrenos y destinarlos a la agricultura.
Un esfuerzo conjunto para mitigar el daño
Las autoridades trabajan en coordinación para controlar la crisis, pero la magnitud del problema exige medidas urgentes y efectivas. La declaratoria de emergencia busca no solo combatir los incendios actuales, sino también prevenir su expansión y minimizar el impacto en las comunidades afectadas.
Adaptación AFP