Llevar naves al espacio se ha convertido en un sinónimo de poder ante el mundo; demostrar que también son parte de la carrera espacial. Japón lo intentó este miércoles cuando lanzaron el cohete de una empresa privada. Sin embargo, la emoción se desvaneció rápidamente cuando la nave, apenas cinco segundos después del despegue, estalló en llamas y humo en la pista de lanzamiento. Las expectativas en la misión de la empresa Space One eran altas, pues el cohete buscaba colocar en órbita un satélite del gobierno japonés, convirtiéndose en la primera empresa privada japonesa en hacerlo.
El cohete «Kairos», de 18 metros de altura, despegó desde el centro de lanzamiento de Space One en la península de Kii, en una zona montañosa y boscosa en la prefectura de Wakayama. Tras la explosión, los restos de la nave se esparcieron entre la zona de despegue y las montañas aledañas. Afortunadamente, no se reportaron víctimas en el incidente.
La misión había sido pospuesta en varias ocasiones ante algunas fallas detectadas en los sistemas del cohete. El presidente de la empresa, Masakazu Toyoda, recalcó que la misión no debe ser considerada un fracaso, sino como parte de su visión futura en la búsqueda de nuevos desafíos en el espacio. Este no es el primer incidente en misiones espaciales japonesas. El año pasado, ispace, otra empresa japonesa, intentó convertirse en la primera compañía privada en aterrizar en la Luna, pero perdió contacto antes de llegar a su destino y se vio obligada a abortar la misión.
A pesar de los intentos fallidos, la presencia de varias empresas espaciales está impulsando el desarrollo de nuevos modelos de viaje espacial que, en un futuro no tan lejano, podrían permitir a la humanidad utilizar la Luna como punto de partida para explorar otros planetas.
Adaptado AFP