Una montaña oscura sobre unas planicies rojas que rodean una extraña forma azul: tres artistas franceses presentan una imagen generada por inteligencia artificial a partir de la actividad cerebral de uno de ellos.
«Pensé mucho en un volcán», explica Pierre Fautrel, uno de los miembros del colectivo «Obvious» que participó en el experimento.
Fautrel, pasó una hora en una máquina de resonancia magnética en el Instituto del Cerebro del Hospital Pitié Salpêtrière de París, imaginando diferentes escenarios a partir de breves descripciones.
Durante este proceso, registraron su actividad cerebral, que luego fue procesada por un programa de Inteligencia Artificial (IA) especialmente diseñado para ello.
Fautrel admitió que la obra generada no era lo que imaginó, pero que «conservó algunos elementos semánticos: una montaña con lava que mana sobre un paisaje con fondo claro».
Ya hace un año, Fautrel junto a Hugo Caselles-Dupré y Gauthier Vernier consagran toda su energía a «Mind to Image» (De la mente a la imagen), un proyecto que parece una idea de ciencia ficción: plasmar la imaginación de un artista utilizando la IA generativa.
Logro técnico
El grupo de artistas basó su trabajo en la herramienta de código abierto MindEye, pensada para que personas con problemas motores puedan crear imágenes basadas en su actividad cerebral, y después comenzaron a modificar al programa en varias etapas.
Primero mostraron retratos y paisajes a uno de los artistas mientras se le realizaba una resonancia magnética para ver qué áreas del cerebro se activaban y después utilizaron estos datos para ajustar la IA. Luego, la IA intentó reconstruir las imágenes originales a partir de los datos recolectados.
Este proceso se repitió muchas veces «para crear una base de datos», dijo Caselles-Dupré.
En la segunda etapa, repitieron el ejercicio usando solamente los recuerdos de las imágenes y luego intentaron hacerlo utilizando los «prompts», las instrucciones para interactuar con la IA, antes de que el sujeto ingresara a la máquina de resonancia magnética.
«Desde hace una década sabemos que es posible reconstruir una imagen vista a partir de la actividad del córtex visual», precisa Alizée Lopez-Persem, investigadora del Instituto del Cerebro y del Instituto Nacional de Investigación en Salud y Medicina (Inserm) de Francia. «Pero una imagen ‘imaginada’, no. Esto es un desafío», afirmó.
Es necesario pasar varias horas para poder ordenar la información de las imágenes recolectadas con la resonancia magnética antes de dársela a la IA.
Pero una vez hecho esto, la generación de imágenes «es más o menos instantánea, con ordenadores muy potentes», concluyó Caselles-Dupré.
«Hace dos años, no me hubiera podido imaginar que esto existiera», afirma Charles Mellerio, neurorradiólogo que participa en el proyecto de investigación junto a los artistas.
Para Mellerio, esta «proeza técnica» se debe a los progresos en el campo de las imágenes médicas, que avanzó en «términos de resolución y precisión», y al desarrollo relámpago de la IA generativa.
Adaptado AFP