Un equipo de científicos japoneses, apoyado por inteligencia artificial (IA), ha identificado en tan solo seis meses 303 nuevos geoglifos en el desierto peruano de Nasca, casi duplicando la cantidad de estas enigmáticas líneas con más de 2.000 años de antigüedad, según anunciaron este lunes los autores de la investigación.
“El uso de la IA nos ha permitido mapear la distribución de los geoglifos de manera más rápida y precisa”, afirmó el arqueólogo Masato Sakai, de la Universidad de Yamagata, durante una conferencia de prensa en la embajada de Japón en Lima, donde presentó los resultados del estudio.
Sakai explicó que el descubrimiento fue el resultado de una colaboración entre el Instituto Nasca de la Universidad de Yamagata y el equipo de IBM Research. Tradicionalmente, la búsqueda de geoglifos se realizaba mediante la observación visual de imágenes de alta resolución, un método que, según el científico, era lento y con el riesgo de pasar por alto ciertas figuras. El uso de la IA ha mejorado significativamente la velocidad y precisión de la identificación.
La investigación ha sido aceptada por la comunidad científica y publicada en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS), una destacada revista de la National Academy of Sciences de Estados Unidos.
Según el informe, el uso de inteligencia artificial permitió identificar 303 nuevos geoglifos tras seis meses de trabajo en campo. Entre las nuevas figuras descubiertas, se incluyen «geoglifos lineales gigantes» que representan principalmente animales salvajes, así como otras figuras más pequeñas que retratan humanos y camélidos domesticados, vinculados a la actividad humana.
Para identificar estas formaciones, los investigadores analizaron una gran cantidad de datos geoespaciales generados a partir de vuelos aéreos. Esto permitió priorizar las áreas con mayor probabilidad de contener geoglifos, lo que facilitó los estudios de campo posteriores.
La investigación destaca que el uso de la IA de IBM permitió aumentar en 16 veces la tasa de descubrimientos en comparación con los métodos tradicionales, subrayando el potencial de esta tecnología para acelerar hallazgos en campos como la arqueología.
El descubrimiento de los 430 geoglifos previamente conocidos tomó cerca de un siglo, lo que contrasta con la velocidad alcanzada mediante el uso de IA. Las Líneas de Nasca, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, son figuras geométricas y de animales que solo pueden ser vistas desde el aire.
El significado exacto de estos geoglifos sigue siendo un misterio, con teorías que varían desde su uso como observatorio astronómico hasta su función como calendario. Las figuras se encuentran a unos 400 kilómetros al sur de Lima, en pleno desierto, y los primeros geoglifos fueron descubiertos en 1927. La cultura Nasca, responsable de estas impresionantes creaciones, habitó la región entre los años 200 y 700 de nuestra era.
Adaptación AFP