Durante años deleitaron a millones de personas en todo el mundo con su pelambre blanco y negro y sus gestos graciosos, pero ahora los pandas gigantes nacidos en el exterior se adaptan a su nueva vida en China.
Los mamíferos son prestados a zoológicos en el exterior como parte de la «diplomacia del panda» de Pekín, y algunos de sus descendientes regresan a China años después de nacer para sumarse a los programas de reproducción.
Los pandas, sentados en el entorno verde de los centros de conservación en el suroeste de China y masticando bambú, desconocen su función diplomática y así como el papel crucial para salvar su especie de la extinción.
«Nuestro trabajo es muy intenso y muy urgente, debemos reponer la población de pandas silvestres (con aquellos) en cautiverio», declaró a periodistas Zhang Hemin, especialista del Centro Chino de Conservación e Investigación del Panda Gigante.
«Después del cuarto censo nacional de pandas gigantes, encontramos que nuestra población silvestre se divide en 33 poblaciones, pero 22 de esas poblaciones son relativamente pequeñas», explicó.
«Si no les ayudamos, podrían estar en riesgo de extinción en los próximos 30 a 50 años».
Los pandas, nativos de las zonas montañosas de las provincias de Sichuan, Shanxi y Gansu, fueron puestos en cautiverio en los años 1980 para resguardarlos del hambre, indicó Qi Dunwu, del Centro de Investigación Dujiangyan de Reintroducción y Reproducción.
La mayoría de ellos fueron liberados, y un programa de reproducción llevó su población crecer a más de 700, según Zhang.
Qi indicó que desde 2003, 12 pandas cautivos han sido liberados en el entorno silvestre y 10 de ellos sobrevivieron.
Sin embargo, la pandemia del covid-19 obligó a paralizar este programa durante cinco años.
Además de preparar a los mamíferos para los peligros de la vida silvestre, las autoridades necesitan asegurar que llegan a un hábitat con suficiente bambú y espacio, agregó Qi.
Se calcula que quedan unos 1.860 pandas silvestres, según el grupo ambientalista WWF.
Pero los animales, que en 2016 fueron retirados de la lista de especies en peligro de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, enfrentan serias amenazas de pérdida y fragmentación de su hábitat.
Las autoridades trabajan en enlazar los hábitats para permitir que los pandas interactúen y se reproduzcan, con más de 40 reservas naturales agrupadas para conformar el Parque Nacional de Pandas Gigantes, de casi 22.000 kilómetros cuadrados.
Adaptado AFP