Lluvia de estrellas, cascadas de luces y flores interactivas son solo algunas de las atracciones inmersivas que ofrece el nuevo museo digital, situado en el edificio más alto de Japón.
En este auténtico laberinto, ubicado en el complejo de Azabudai Hills, con sus imponentes 330 metros de altura, más de medio centenar de instalaciones interactúan con los visitantes.
Toshiyuki Inoko, director de teamLab, explica «Nuestro objetivo es llegar a la gente y hacerles reflexionar sobre la vida y el mundo de una forma más positiva». La idea es ofrecer «experiencias inéditas, mostrando una nueva belleza hasta ahora desconocida».
Para este proyecto, titulado «teamLab Borderless», Inoko detalla: «Nuestro trabajo se enmarca en la continuidad de nuestras investigaciones pasadas, al mismo tiempo que proponemos una nueva experiencia».
Además de las imágenes y los sonidos, las instalaciones buscan involucrar los sentidos del olfato y el gusto. El té y los helados consumidos en el museo se convierten así en obras de arte, adornados con flores y hojas.
Inoko insiste en que, aunque el ser humano percibe el mundo con su cuerpo, en la actualidad, nuestra percepción del mundo se realiza a través de la televisión o internet. Con teamLab Borderless, buscan crear una experiencia que utilice todos los sentidos.
Adaptado de AFP.